lunes, 9 de noviembre de 2009

Una mirada atrás


Hace unas semanas acudí a la reunión Mujeres Creciendo que se celebra en Fundación Triángulo. No voy a entrar en detalles de cómo es la experiencia, para ello os invito a que vengáis un día. El caso es que la moderadora nos entregó una cuartilla de papel con el poema impreso de Walt Whitman ‘No te detengas’.

Oleadas de recuerdos atizaron mi memoria, ya que el libro Hojas de hierba estuvo en mi posesión hace unos años. Acababa de irme de casa, y sumida en la recién conquistada independencia, leí con fruición cada una de las páginas de la antología, disfrutando de la poesía y también de lo que me brindaba mi ignorancia literaria acerca de Whitman.

Tenía bastante tiempo libre, no sabía muy bien cómo administrar tardes y mañanas de mi nuevo y ampliado espacio vital. Lo cierto es que, mis ocupaciones por entonces eran amar a mujeres (o ir tras ellas, mas bien), leer libros y escuchar música.

Dado mi escaso poder adquisitivo para ir a una librería y ponerme las botas, en tenencia de las llaves de casa de mi madre, acudía a hurtadillas (e ahí la diferencia entre hurtar y robar), y sisaba de su biblioteca vademécums, al azar. En cuanto a la música… he de reconocer que mi primo ha sido para mí un gran referente en cultura musical. Me hizo conocer a U2, Queen, Don McLean, Enigma, Loquillo, Meat Loaf, Depeche Mode, Era, The Cranberries, Texas…Y bueno, lo de Marisol si que no me inspiró para nada (por desvelarte, lo siento primo).

Invoco con nostalgia, las tardes sórdidas de Vodka y Rory Gallagher (A million miles away), contemporáneas con la lectura de ‘No te detengas’.



NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías

sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.

Nos derriba, nos lastima,

nos enseña,

nos convierte en protagonistas

de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,

la poderosa obra continúa:

Tu puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,

porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:

el silencio.

[…]



Cuando me dí cuenta que podía seguir adelante con mi proyecto de autarquía, entonces fue cuando la sombra de comerme el mundo que siempre había albergado en mí, salió del armario (la única que se atrevía) con la fuerza de un titán y… me desvirtué. Una medusa de mil cabezas intentaba abarcar todo lo que la vida puede ofrecer a una persona (creo que aún… bueno…cuesta especializarse).

Pasados unos años, en otra latitud terrestre, el poema vuelve a estar próximo a mi, intentando una vez guiarme silenciosamente. Pendido de un imán en la puerta de la nevera, presente cuando hay hambre. Como esas canciones clásicas que en según que período de tu vida las escuches, susurran una cosa u otra, con lecturas diferentes y proporcionando una verdad apodíctica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario